Senegal, el país de la Téranga (hospitalidad en wolof), es relativamente poco conocido por los viajeros franceses, ya que a menudo se lo asimila a la única oferta costera donde el 80% del turismo se concentra en 40 km de costa.

 

Senegal es un maravilloso destino africano que ofrece múltiples paisajes, desde el desierto de Mauritania hasta los bosques tropicales de las estribaciones de Fouta-Djallon, desde las zonas del Sahel salpicadas de acacias y baobabs icónicos, hasta las interminables playas salvajes de la Grande Côte y numerosas reservas. de la biosfera incluida la tercera reserva ornitológica mundial.

Varios testimonios de la historia colonial desde Dakar hasta Saint-Louis, o a lo largo del río Senegal, sin olvidar la isla de Gorée con su pasado trágico, completan esta gran diversidad turística.

 

Pero la mayor riqueza de un viaje a Senegal reside en el encuentro y el intercambio con sus habitantes, repartidos en un auténtico mosaico étnico con culturas fuertes y diversas.